Alicante. Del 16 al 18 de mayo de 2006

Nuestra primera aventura náutica conjunta fue ésta. Nos estrenamos con un Sun Odissey 37 el “Aitana Cuatro”.

La tripulación estaba formada por Alfredo, Carlos, José Ramón, Jusdado, Miguel y Willy.  Con patrón de Alquilavela y un polizón de última hora. 

Esta  travesía fue el bautizo náutico en alta mar para parte de la tripulación después de que algunos habíamos estado haciendo prácticas en el embalse de Valmayor en vela ligera. 

Martes 16 de mayo. Puerto de Alicante

Llegamos al puerto de Alicante y descargamos las provisiones. Nos hicimos las fotos de rigor para que quede constancia de nuestra primera travesía juntos.

Zarpamos  con las velas izadas sobre las 12:00 de la mañana y pusimos rumbo a la isla de Tabarca…. con su correspondiente avituallamiento durante el trayecto.

Durante la travesía nos turnamos para poner en práctica la maniobra de hombre al agua…con sus respectivas viradas y trasluchadas…y así coger destreza en la maniobra….claro está que nadie se presento voluntario y tuvimos que sacrificar un cubo de plástico.

Una vez atracamos en el puertecito, a las 15:30, repusimos fuerzas e hicimos la correspondiente visita cultural a la ciudad fortificada de Tabarca, de gran importancia militar, y a su característico recinto amurallado, también es de destacar la iglesia de San Pedro y San Pablo, que estaban restaurando en esos momentos y su histórico faro inaugurado en 1854.

A las 18:30 abandonamos el puerto para pasar la noche fondeados en la playa de levante donde disfrutamos de un agradable baño al atardecer, el recorrido fue de 11,5 millas náuticas.

Miércoles 17

Sobre las 8:30 levamos ancla y pusimos rumbo, a vela, hacía El Campello donde  llegamos a la hora de comer y degustamos un magnifico arroz preparado por Jus; recorrimos 17 millas náuticas.

Después de estar amarrados dos horas por cortesía del Club Náutico de Campello, pusimos rumbo al puerto base en Alicante al que llegamos a las 17:40, tras un recorrido de una 11 millas náuticas.

Tras el atraque nos abandonó José Ramón, que no podía alargar más la experiencia, dejamos en tierra al polizón que nos había endosado nuestro patrón e hicimos un cambio de patrón. Guillermo, dueño de Alquilavela, nos enseñó su nueva adquisición un Elan 434 “Sofia Cinco”….velero que cogeremos en posteriores travesías. 

Para completar el día nada mejor que una buena cena y disfrutar de la final de la Champions League, Barcelona vs Arsenal, en el propio velero…nos quedamos sorprendidos al ver que tenía un televisor de pantalla plana!!!….cosa que no hemos vuelto a ver en sus veleros.

Merece la pena reseñar la gran anécdota de aquel día, aunque no fue la única:

No habíamos empezado todavía  a cenar cuando iba perdiendo el Barça 0 – 1 y se nos incorporó Guillermo,…que estaba viendo el partido en el Club Náutico…, cabizbajo por el resultado de la primera parte pero con una mezcla de sorpresa al vernos seguir la retrasmisión en su velero….Es momento de aclarar que Guillermo es hincha del Barça y los unos eramos del Madrid y otros ni siquiera nos gusta el futbol.

Comenzada la segunda parte el Arsenal tenía controlado el partido y parecía que pudiera dar la puntilla al Barcelona en cualquier momento… Guillermo, que veía imposible remontar el partido, en un ataque de impotencia y casi desesperación….como si él pudiera hacer algo…nos dijo: “si gana el Barça, os regalo un fin de semana”, momento en que todos nosotros nos hicimos hinchas del Barcelona a más no poder.

Con  el gol de Eto´o todos saltamos de alegría,….cada uno por distintos motivos…, pero la alegría a Guillermo le duró 5 segundos, lo que tardó en darse cuenta que se estaba jugando un fin de semana en velero,…..le faltó tiempo para recalcar que era solo si ganaba.

Y con el gol de Belletti todos estallamos de júbilo,…aunque, si bien, contenido hasta el final por lo que pudiera pasar.

Eufóricos por el momento, Guillermo por  la segunda Champions League del Barcelona y nosotros porque nos habíamos llevado, por la patilla, un fin de semana en velero gratis, a las 23:00 decidimos volver a poner rumbo a  Tabarca para pasar allí la noche.

Lo que parecía una tranquila travesía nocturna de vuelta a Tabarca se convirtió una experiencia a relatar, cuando en un abrir y cerrar de ojos y escasa distancia a Tabarca, una espesa niebla nos envolvió por completo impidiendonos ver más allá de 10 metros a la redonda.

Aunque teníamos GPS y plotter con la cartografía de Tabarca,  de nada nos servía a escasos metros del puerto de Tabarca con tan poca visibilidad y ninguna referencia,…ni siquiera se veían las luces de puerto o balizas,….y eso que el GPS nos indicaba que estábamos encima.

Aunque, nuestro patrón, intentaba transmitirnos tranquilidad y seguridad, se notaba que no tenía todo controlado. En un primer momento,  cogimos la linterna que estaba en el velero y dos nos dirigimos bien agarrados a los guardamancebos y a las barandillas que recorren el velero. Tuvimos que hacerlo con mucho cuidado ya que la cubierta estaba totalmente empapada por la condensación del  agua de la niebla y a nadie nos apetecía practicar maniobras de hombre al agua en esas circunstancias. Una vez en proa y en todo momento agitando la linterna porque hacía mal contacto, desistimos de intentar localizar alguna referencia con la linterna porque la luz se reflejaba en la niebla dificultando aun más la visibilidad, así que el patrón nos dijo que volviéramos a la bañera y bajó las revoluciones del motor a la mínima expresión. Quién lo diría, pero en ese momento a todos se nos había olvidado por completo la victoria del Barça.

A los pocos minutos de volver a la bañera, igual de rápido que nos cubrió la niebla por completo se desvaneció y de repente se vieron las luces de puerto e incluso las farolas de la isla de Tabarca.

Tras esta tarde-noche repleta de emociones, y después de amarrarnos a puerto, caímos  todos rendidos en nuestros camarotes. Recorrimos 11 millas náuticas.

Jueves 18

A la mañana siguiente, a primera hora había algo de niebla y aunque todos nos acostamos en los camarotes, Willy, que ya sabemos todos que está hecho de otra madera, amaneció en cubierta, en su saco de dormir, había pasado toda la noche a la intemperie con la humedad ambiental que había.

Un último reconocimiento de Tabarca, un cafecito caliente y vuelta al velero para, pasadas las nueve de la mañana,  zarpar con velas desplegadas, y todavía con algo de niebla, sin rumbo fijo.

A mediodía y después de un bañito improvisado en alta mar, pusimos rumbo a Guardamar del Segura donde después de intentar subir por la desembocadura del Segura la orza nos recordó nuestras limitaciones de calado ya que encallamos levemente en sedimentos de arenas. Después de zafarnos,  desistimos del intento y pusimos rumbo a Santa Pola, en un recorrido de 16 millas náuticas.

A las 15:00 amarramos en el Puerto de Santa Pola donde degustamos un café caliente y una hora después proseguimos con el último tramo de la travesía, retorno al puerto base en Alicante, 13,5 millas náuticas.

Llegada a Alicante sobre las 18:00, recogida de bártulos y vuelta a Madrid.

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