FORMENTERA 2010
Martes 5 de octubre. Partimos de Dénia
¡Tenemos 6 días por delante para ir a las Pitiusas! con esos pensamientos salimos de Madrid el martes por la mañana. Habíamos quedado con Alquilavela en llegar al Portet de Dénia sobre las 17 h, para poder salir a las 18h. Teníamos alquilado un Dufour 405 Grand Large, el Adaia.
Como es habitual parte de la comida la recogía Jus en Gandía y los demás hicímos la compra en el mercadona de Dénia. Tras las habituales labores de estiba de todo el material y comida, zarpamos a las 18:30 horas. La tripulación estaba formada por Jesús, Miguel, Pedro, Jus, Alfredo, José Antonio y Jose de patrón.
Tras salir de la bocana del puerto de Dénia vimos que soplaba viento, escasito, del E por lo que se hacía, una vez más, imposible el usar velas. Fuimos a motor a unos 7-8 nudos. Esta vez pusimos el piloto automático, aprovechando la colocación de un waypoint sobre la cartografía, cerca del destino en Formentera.
La noche estaba oscura, no había luna, pero el ambiente era muy limpio, se veían las estrellas como si estuviéramos sobre una montaña. La navegación fue tranquila y monótona, sin cruces hasta llegar a destino a las 02:30, tras 8 horas de navegación. Habíamos llegado a la Ensenada del Cabrito, buscamos con ayuda de la linterna una boya para amarrarnos y dormir hasta que se hiciera de día.
Miércoles 6. Ensenada del Cabrito, Cala Saona
Una vez amaneció, nos levantamos y desayunamos tranquilamente. También nos dimos unos baños. Cerca de allí llegó desde el sur un velero de lujo, el Star Flyer (con bandera de Malta) bergantín goleta de 115 m de eslora dedicado al crucero de pasajeros a los que les gusta la navegación a vela. Echó el ancla cerca de donde estábamos. La compañía Star Clippers tiene también otro gemelo a éste, el Star Clipper. El Star Flyer cubrió la ruta Cannes-Málaga del 2 al 8 de octubre en crucero por el oeste del Mediterráneo.
Nos soltamos de la boya a las 11h. Tras dirigirnos al sur navegando a vela, llegamos tras una hora y media de navegación a Cala Saona.
Allí nos dimos unos baños con buceo. Luego nos dedicamos a comer y sestear.
Cala Saona - S'Espalmador
Casi a las 16 h partimos a vela otra vez hacia el norte con dirección a S'Espalmador donde nos amarramos a boya, aunque éstas estaban muy destrozadas, faltando orinques. Allí rompimos el frágil bichero. Miguel tuvo que bajar con la auxiliar a enganchar la amarra.
Tras bañarnos, hicimos la cena y pasamos noche, divirtiendonos viendo las maniobras de quienes llegaban a amarrar. Unos de proa, otros de popa, pasaban sus dificultades, sobre todo al ver que no tenían puntos donde sujetar las amarras. Había mayoría de extranjeros y se veían banderas de Suecia, Reino Unido, Francia.
Todo el tiempo el cielo estuvo encapotado, pero la temperatura era agradable. El viento nos entraba desde la playa dejando a sotavento la isla del Alga.
Jueves 7. S'Espalmador - Puerto La Savina
A las 10h17m soltamos amarra y nos fuimos despacio hacia el sur, recorriendo las playas de poniente hasta llegar cerca del Puerto de la Savina. Se levantó de pronto un viento fuerte y bajó la temperatura. Pedimos amarre en Marina Formentera pero estaba lleno y nos remitieron a Formentera Mar. Tras un corto periodo de espera nos dieron amarre abarloados al pantalán, cercano a la otra marina. Brúscamente, de nuevo, despejó y subió la temperatura.
Paseo por Formentera
Dimos una vueltecita para comprar un bichero en una tienda náultica, que reemplazara al roto en Espalmador. Tras comer y tomarnos unas cervezas, hicimos planes de recorrer la isla para lo que alquilamos un coche y dos ciclomotores.
Primero nos fuimos hacia el Faro de la Mola. El recorrido está bien, los últimos kilómetros eran de subida entre pinos, con vistas hacia la isla y el mar. Por último había una recta de dos kilómtreos y medio antes de la llegada al faro. Una vez en él, nos hicimos fotos de recuerdo y recorrimos los alrededores de este faro. La altura de su torre es de 23 m y está situado sobre un acantilado de unos 140 m de altura.
Una de las primeras personas fascinadas por el faro de la Mola y su entorno fue el escritor francés Julio Verne. En su novela Héctor Servadac, publicada en 1877, aparece el faro de Formentera. En aquellos tiempos, Verne estaba todo el verano recorriendo el Mediterráneo en su velero de dos palos y seguro que no perdió ocasión de conocer uno de los faros más modernos del momento. Recuerda el hecho, una placa instalada cerca del faro en el año 1978 por el Fomento de Turismo en homenaje a Julio Verne.
De allí nos fuimos hacia el Faro del cabo de Barbaria, que estaba en el oeste de la isla. La carrtera, estrecha para el cruce de dos coches y con peligro de poder morder los neumáticos, discurre entre pinares, pero luego el terreno se hace desolado y muy pedregosos. El faro de unos 17 m, también está sobre un alto dando una altura de luz de 78 m con visibilidad nocturna de 18 millas. En sus alrededores hay terreno calizo con una sima sin señalizar, también hay una torre de defensa.
Por último, nos fuimos hacia Illetes, pero la noche y los mosquitos nos hicieron desistir, al abrir las ventanillas fuimos invadidos. Devolvimos los vehículos pasadas las 20 horas.
Viernes 8. Volvemos a la Península, hacia Moraira
A las 9h tras liquidar las cuentas con la capitanía de la marina Formentera Mar, soltamos amarras. Habíamos hablado entre nosotros que en vista de que venía un fuerte temporal desde Galicia, lo mejor era curarnos en salud e irnos hacia Moraira.
Como no, el viento del oeste y escaso, nada de velas. A motor de nuevo. Navegación tranquila automática, cruzándonos con algunos pesqueros en la zona del dispositivo de separación de tráfico. Toda la travesía lució el sol e hizo una agradable temperatura.
Sobre las 17:30, tras ocho horas y media, llegamos a Moraira, donde nos abarloamos al pantalán de tránsitos.
Sábado 9. Bahía de Altea
El sábado nos fuimos a motor, ya que no hacía ni gota de viento hacia la bahía de Altea, para fondear en la playa del Mascarat, junto al puerto deportivo de Campomanes. Allí nos estuvimos bañando y comiendo hasta que a las 15h nos fuimos, esta vez a vela de nuevo hasta el puerto de Moraira, donde pasamos una nueva noche.
La tarde estuvo muy encapotada y presagiaba lluvia. Así fue, por la noche, después de volver del paseo, tuvimos que resguardarnos en la cabina ya que cayó un fuerte chubasco de viento y lluvia.
Domingo 10. Vuelta a Dénia
Salimos de Moraira, tras pagar las dos noches en capitanía, a las 10:25 h y con buen viento, pudimos desplegar velas hasta Dénia. El mar venía de popa, parecía que había dado fuerte en Palos.
Sobre las 15 h llegamos a Dénia, donde atracamos y comimos. Después de recoger los trastos y hacer los equipajes, entregamos el barco y volvimos a Madrid